lunes, 14 de julio de 2008

Mis días y mis motivos

Estoy cansada de todo, todo me agota, todo me aburre. Hay días en que me faltan los motivos, días en que nada ocurre. Días en los cuales no hay un cuento dormido entre mis labios, ni oración que me provoque, ni una palabra pegada al paladar, ni una idea que entre a saltarme en mí cabeza pidiendo salir. Días en donde no hay escritos posibles, ni reflexiones, ni mariposas de colores, ni flores, ni ventanas entreabiertas que me hagan soñar. Lo más probable es que las horas se entretengan mirándome desde ese fondo donde siempre se alojan con las manecillas del reloj y desde allí me maten lentamente. Que mis personajes se muestren indiferentes y se queden frente a la televisión haciendo zápping y se extrañen de que me de igual. Esos días es fácil caminar por cualquier lado, es fácil que la mirada se me vaya sin permiso hacia la nada. Es fácil que no pronuncie palabra y que prefiera estar en soledad, que no escuche el teléfono, que hable banalidades como para salir del paso si alguien me habla y que me entretenga mirando alguna vidriera con los ojos de no ver, porque total mi mirada se quedó pegada detrás de mis ojos y allí es donde hace nidos.Esos días me gustaría jamás haber escrito, porque cuando me faltan los motivos, cuando me doy cuenta que después de caminar buscándolos, no los consigo, deseo con el alma volver a casa y que las palabras estén enyesadas y que los personajes estén dormidos, porque cuando eso pasa, cuando me ven arrancandome la vida que tengo y que a veces no domino, cuando me ven convertida en un conflicto, aturdida por tormentas de delirios se les da por salir a buscarme, como si ellos fueran los motivos y tras abrir la puerta me encuentro un montón de rostros convertidos en esclavos míos, en historias sentadas en hilera ofreciéndose para ser cuentos, en oraciones absolutas y prestas, en palabras sin yeso, palabras curadas, palabras sin jarabes, ni termómetros. Palabras dispuestas a todo, entregadas como mujeres fáciles, palabras sin control remoto me esperan detrás de la puerta, convencidas de que no sirven para nada en esta casa si yo pierdo los motivos.




Gracias por leerme!

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